vencer al miedo

Vencer al miedo

Ésta es una respuesta a un comentario que alguien dejó desde el otro lado de esta web. Dicho comentario llegó precisamente en un momento en el que yo misma pensaba acerca de la historia que os cuento a continuación.

Quizá tú también te identifiques con este texto de hoy.

Como los acontecimientos de la vida no ocurren por casualidad, dejemos que los hilos que nos unen, invisibles tramas, creen los caminos a la par que caminamos.

Tal como se escribe en los documentos cuyo receptor no conocemos:

A quien corresponda...

Seguro que eres más fuerte de lo que crees.

Hay una historia de esas que me fascinan y que cuento, y me cuento a mí misma, en estos casos. No me la he inventado yo, es una historia mitológica, la cual espero de corazón que te ayude.

Es la historia de Saturno.

Saturno es el dios del Tiempo, también conocido como Kronos. Saturno se comía a sus hijos pues tenía miedo de que le fueran a destronar. Ciertamente tenía miedo del paso del Tiempo y por ello se comía a sus propios hijos, se comía “el Tiempo”.

Representa una paradoja pues Saturno, dios del Tiempo, engullía a su propia progenie.

“El Tiempo lo come todo, es inexorable”.

Saturno representa todo aquello que nos limita, nos paraliza, nos asusta, nos reprime, nos hace sentir insignificantes.

Saturno termina con nosotros, nos da miedo, nos ahoga, nos paraliza, anula nuestra esperanza.

Saturno es el Guardián del Umbral

Saturno como dios y Señor del Tiempo es además el “Guardián del Umbral” y por ello cumple un importante papel en nuestras vidas.

¿Cuál es su función? ¿Qué es el Umbral?

Te lo explico.

Dedícame tu atención y sígueme para ponerte en situación…

Imagínate en un lugar que te resulte especialmente tenebroso. Imagina que alguien obstaculiza tu paso. Imagina cómo te sientes, la limitación, la imposibilidad de seguir, el temor, las dudas, la desesperanza.

Se cuenta que es el papel de Saturno (el Can Cervero, o el Guardián de Umbral) cumpliendo su misión, precisamente lo que estás sintiendo.

Saturno nos mira fijamente sin que podamos desviar nuestra mirada y no dice de modo amenazador y con absoluta seguridad:

“No vales para nada, no puedes, no eres merecedor, no lo vas a conseguir, eres una birria”.

Saturno continúa resonando en ti: “¿A dónde vas? No lo vas a conseguir. Todos valen más que tú. Eres un iluso. Te vas a enterar. No vales. Estás muerto de miedo y no lo vas a conseguir. Vas a fracasar.”

Y realmente, estás muerto de miedo, paralizado, mientras aquel monstruo, delante de ti o, tan solo en tu cabeza, te hace ver toda una serie de limitaciones y de impedimentos inmensos, te bloquea y te llena de desesperanza y. Saturno  intenta convencerte para que desistas, te rindas y des la vuelta.

Sin embargo, tú quieres seguir, algo en tu corazón te dice que tienes que seguir adelante y apartarle, pero no sabes cómo hacerlo. Te juegas mucho. ¿Y si te mueres?

El corazón late rápido y suena mucho más que los pensamientos en tu cabeza y Saturno no deja de zumbar insistente ni de amenazarte. Su sola presencia te paraliza.

¿Cómo vencer a Saturno, el Guardián del Umbral?

Nos enseñan las historias antiguas cómo hay que afrontar el miedo, cómo hay que tomar valor.

Es imprescindible mirar a Saturno fijamente a los ojos y, sujetándote el estómago y el alma, decirle con voz firme, que se oiga por encima de tus latidos, con total certeza y seguridad:

PUEDO Y LO HARÉ.

Si lo has hecho bien escucharás un silencio intenso solo recorrido por el viento del lugar en donde estáis.

Cuentan que Saturno, en ese momento, se retira, a tu derecha, relaja su mirada, no dice nada, te sonríe suavemente, y con una reverencia, muestra de su admiración hacia ti, te despeja el paso y con su brazo derecho te indica el Camino.

En ese momento, todo el temor se desvanece y la paz que sientes es tan inmensa… que nunca la olvidarás.

Das entonces los primeros pasos.

Frente a ti, ves una puerta que se abre lentamente mostrando una luz brillante, limpia, tranquila. Ahí está el Umbral.

Traspasas el umbral y la puerta se cierra detrás de ti.

Estás en paz.

Empiezas una nueva etapa.

Es la renovación. La regeneración. Cambio y Tiempo.

En esta experiencia: Murió una parte de ti y otra ha nacido gracias a esa muerte. El Tiempo ha pasado, el Cambio se ha revelado.

Saturno nos ayuda a crecer

Saturno es bien importante en nuestras vidas, venga vestido de la forma que sea: como sentimiento, vivencia, pensamiento, acontecimiento o persona.

Es posible que tengamos que enfrentarnos varias veces, multitud de veces a Saturno. Pero no siempre es igual. Pues no somos los mismos, por ello decimos que:

No pasamos dos veces por el mismo lugar, no vivimos dos veces la misma situación.

Saturno nos ayuda a crecer, a mejorar, a renovarnos, a cuidar y valorar partes de nuestro interior que creíamos que no teníamos. Su función es forzarnos, enfrentarnos a nuestros miedos y a afrontar las dificultades.

No es más valiente el que no tiene miedo, sino el que teniendo miedo, se enfrenta a él. Esto ya es vencer al miedo.

Como bien dice la persona que realizó el comentario que ha dado lugar a esta respuesta: “Hace falta mucha humanidad para comprender”. Para comprendernos a nosotros mismos también. Pero no por ello debemos dejar de hacer por protegernos. La inconsciencia, como dices, nos hace vivir “dormidos”.

Y es importante tener en cuenta que “en ese sueño” podemos cometer muchos errores. También hay que despertar al hecho de que no podemos dejar que nos avasallen, por emplear una palabra neutra.

Cada uno puede estar en su guerra interna, pero eso no es razón ni justificación para ser el “Saturno de otra persona”. ¡claro que no!. Cada persona debería de vivir, transcender y transmutar sus miedos y limitaciones, su Saturno.

Si somos capaces de parar, imaginar la historia que hemos contado, visualizarnos en la situación que deseamos superar, mirar a los ojos a lo que nos atemoriza, y decir “puedo y lo haré”, con seguridad será más fácil.

Afrontar no siempre significa entrar en batalla, a veces, seguir caminando en silencio, alejándose, sin intercambiar palabra, es una victoria. No es un fracaso.

Puede ser que lo que tanto miedo nos da hacer sea en realidad retirarnos de una situación. Con frecuencia lo tenemos asociado a cobardía. pero no tiene por qué ser así. No te sabotees.

Si para conseguir la paz, hay que retirarse de una situación, una retirada, o poner espacio / tiempo de por medio, puede ser la manera adecuada de decirte que lo vas a hacer: conseguir tu paz, o al menos, empezar el camino para conseguir tu paz.

Mientras, en ese tiempo de retirada, en ese espacio al cual nos retiramos y salvaguardamos, nos podemos fortalecer y emplear técnicas que nos ayuden a estar listos para el momento clave.

Entonces, como digo, poner espacio / tiempo no es un atraso, no es un paso atrás: es un paso adelante. Un paso hacia ti.

Lo curioso es que en el miedo, en el temor, nos sentimos muy solos, aunque estemos rodeados de personas, pues el miedo nos aísla.

Aquello que pensamos que nos protege nos puede aislar de nuestros seres queridos, de lo que nos nutre, de lo que nos da vida.

Pero no estamos solos. No estamos solas. Podemos crear alianzas que nos ayuden a superar las situaciones difíciles.

Muchas personas, cada vez más, desean vivir en paz, sin miedo, sin temor. Vivir.

Recuerda querido bilobero, querida bilobera, si necesitas ayuda, estoy a un clic.

Vencer al miedo, afrontarlo es un gran reto, máxime cuando se crean espirales de tiempo.

Vencer al miedo es posible.

Puedes y lo harás.

Vive.

Dra. Nuria Lorite-Ayán

(© Texto del 8 de diciembre de 2011)

Te dejo un vídeo aquí que tienes también abajo y espero que te guste: Trata sobre el miedo en general y ese miedo que nos aísla y nos impide o dificulta salir. En la pandemia quizá tus miedos de distinto tipo se reactivaron. Espero que este vídeo te ayude. Yo misma lo veo cada cierto tiempo.

 

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